E Ilânu, Ari y Sirión caminaron tras el Señor Sabathio, su Iniciador. La Estancia de Sabathio era toda ella de piedra de un color entre el azul y el violeta. La luz surgía del suelo y las paredes y el techo, y era tenue, y el aire era como agua profunda, pero impalpable. Y al principio, los Rishis creyeron que no había nada en la Estancia, pero poco a poco, al contemplarla con los ojos interiores, vieron que por todas partes había formas luminosas y de una belleza extraordinaria, formas que carecían todavía de cuerpo y que, comprendieron, eran el fruto de las contemplaciones sagradas de su Iniciador.
Sabathio los observaba.
De Ilânu, el Amigo de los Dioses, Bel Atreides*
Encara no està acabat, però. Il.lustració per una instantània del Nord Místic (veure mapa de post anterior). I ara tornen a dir que plourà... Sempre m´ha parescut que ses muntanyes són com el mar, que no mostren tot el que porten dins. Bona Llumeta*