Sentada espero, con pluma en mano,
A la espera de la Musa, que con nervio no llega.
Encadenada al hielo de mis manos, no puede aparecer,
Ligada a la razón, la condeno a perecer.
Inútilmente la disfrazo con bellas palabras sin sentido,
Que se clavan en ella,
Palabras llenas del vacío que ella trata de ocupar.
Como agua que fluye de las rocas para besarlas,
Como dibujo surcado en sangre
En la tierra estéril que un día germinará.
Llenara su vientre la Luz,
La calida brisa Su voz llevará,
Entonces llegaré en susurros a tus oídos
Y otra vez en ti crecerá.
(
Laura Feliz, Poemas I)
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